Hermano de todas las criaturas por sentimiento natural, por amor a Cristo se hizo aún más hermano de los hombres, que el Creador formó a imagen suya". 2Celano, 172
Francisco sabe ver a Cristo transparente en cada cosa. Le descubre emboscado en la calamidad que desfigura la belleza del hombre. Desvela cómo Cristo pone el milagro de sus dedos en la piel desvalida del mendigo, en la torpeza inmadura del bobo, en los ojos opacos, deslucidos, del ciego, en la mano tullida del anciano, en la dudosa senda que maltratan las pisadas dudosas del cojo. Está Jesús donde duele la fe, donde reclama venda y atenciones la herida desatenta del hombre, donde sangran todavía las huellas de unos clavos en la densa madera de la cruz, sombra oscura del hombre. Quien atiende la llaga desabrida del hombre, está sin duda restañando las sangrantes de Cristo, arrodillado ante la luz de Dios, mientras despliega por los frisos del aire el iris aromado de la paz, pardas alondras de apaciguamiento. Porque Jesús está donde le duele la fe y el corazón del hombre.. |
San Francisco llama hermanas a todas las criaturas.
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